Salman Rushdie… Y María José

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-Perdona, ¿esta es la cola para ver a Salman Rushdie? – le pregunté a la última chica. Me había llamado la atención. Por su traje gris de falda de tubo, por sus zapatos de tacón y cordones, por sus saltones ojos verdes, porque de pronto me pareció sacada de Fragmentos de interior, de Carmen Martín Gaite o de Nada, de Carmen Laforet.
-¡Anda, tu eres la de Comando Actualidad! – me espetó
-¿Eso es que sí?
-¡Claro! Yo acabo de llegar…
-Ya lo veo…
-Me gusta mucho que haya tantas cosas en Madrid y que venga tanta gente… Mi hermana ha ido a Ian Gibson y dice que tb hay cola.
María José era simpatiquísima. Se la veía positiva, dicharachera y muy animada. Y era una M. Y una J. Tenía todas las papeletas para caerme bien.
-Yo soy de Plasencia. Me quedé sin trabajo hace un año, llevaba casi toda la vida en una promotora, y me salió una cosa de contable en Madrid, por Chamberí y estoy encantada. Ahora vivo con mi hermana, que ya vivía aquí.

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Le expliqué que yo era de Salamanca, muy cerquita de Plasencia y q vivía por Chamberí. Se puso contenta. Obvié hablarle de mis tipines y su merecida fama en el barrio.
Y así, se nos pasó la cola. Me habló de su novio, con el que ahora se veían los fines de semana tras doce años juntos y que hasta les había venido bien. Yo le hablé de mi reportaje de ayer y de mi miedo a que la vida me fuera indiferente. Me puede la intensidad. Qué le voy a hacer.
Cuando conseguimos entrar, no conseguimos sentarnos.
-¿Te gusta salman Rushdie? Le pregunté.
-Pues no he leído nada pero vengo porque siempre se aprende algo.
Y comenzó, con 20 min. de retraso, una aburrida entrevista de mi admirado Juan cruz y el intenso Gabriel Albiac a un hombre que, lleno de titulares, no consiguieron sacarle ninguno. Que si no son lo mismo las ideas que las personas, la islamofobia y algún tópico más. El señor Rushdie lo había pasado muy mal cuando le tocó la pirola al Ayatolah y ahora lo suelta en una biografía de 500 páginas, ahí es nada.

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Y terminó la noche sin más titulares que la vida de María José, sus paseos, aficiones literarias y un pequeño pellizco en el estómago cuando recordé que hacía un año había ido el mismo día al mismo sitio a escuchar a Loquillo y al señor Chinarro, bastante más interesantes que los presentes hoy. Pero hacía un año venía sola y sintiéndome mal. Y sufriendo un sufrimiento que ya el olvido se ha encargado de borrar. Y hoy yo me movía y el mundo se movía conmigo.
-Yo creo en las señales, me dijo María José cuando nos despedimos. Ven a verme algún día a mi trabajo, ya q somos vecinas de barrio…
-Lo prometo. ¿Podría hacerte una foto? Es para mi blog… me suele dar vergüenza decirle a la gente que conozco que me dejen hacerles fotos para el blog pero luego me arrepiento cuando no lo escribo por no tener la foto.
Y aquí la tenéis, posando para mí en el centro del centro, en la Puerta del Sol una noche de abril más literaria que ninguna.

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Acerca de Missuniversos

Viajo por afición, por vicio, por placer, por necesidad, viajo por perdición, viajo por nada. Viajo sin rumbo, sin mapas, sin guías, sin norte, a veces viajo sin ganas. Viajo para no estar sola, para no morir, para escapar, viajo para buscar, para seguir existiendo, viajera literaria. Mis citas favoritas: “Donde hay un deseo, hay un camino” y "Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos". Me llamo Mónica y soy periodista.

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